sábado, 13 de diciembre de 2008

SEXOGRAFIAS

por Ana Gabriela Cruz

Gabriela Wiener, representante peruana del Nuevo Periodismo escribe para la revista Etiqueta Negra y el periódico El País. Recientemente publicó su primer libro, titulado Sexografías. En él narra sus experiencias con los sujetos subalternos que no tienen voz en la sociedad porque la tradición conservadora los margina, como por ejemplo, presos, porn stars, swingers y transexuales. Los papeles que ha protagonizado como reportera provocan a sus lectores y, sin duda, les hace cuestionarse dónde trazar la línea de sus límites. Al parecer, Gabriela no se limita mucho: condujo una investigación en una cárcel en Lima y les regalaba cigarrillos a los presos que le mostraban sus tatuajes; compartió con el célebre ‘porn star’ Nacho Vidal y descubrió que sus penas emocionales son su verdadera intimidad. Donó sus óvulos; y participó con su marido en un club de intercambio de parejas. Todas estas anécdotas las relata como dice ella, sin pelos en la lengua. Muchos lectores se sienten seducidos por su obra porque no se cohíbe ante sus curiosidades y más bien rompe con todos esos tabúes que aún existen en un siglo que supuestamente representa una era moderna.


El trabajo de Wiener está profundamente marcado por la filosofía de la escuela contemporánea estadounidense. Hunter S. Thomposon, por ejemplo, es una de las figuras que mayor impacto tiene en Wiener. Ambos escritores nutren su estilo del movimiento vanguardista que intenta renovar la noción del reportaje del periodismo tradicional. El Nuevo Periodismo es una corriente que incorpora elementos literarios con la investigación periodística. El género se caracteriza porque el periodista construye un reportaje con el matiz de una crónica. Y a la vez, se crea el espacio para que asumir un rol protagónico en el relato.

La siguiente conversación por MSN nos permite conocer los motivos de su obra, y nos deja con apetito de más literatura periodística como la que ella produce.

Ana Gabriela: ¿Cómo y cuándo empezaste a interesarte por el tema de la sexualidad?


Gabriela Wiener: El sexo uno de mis temas favoritos. Viví mi sexualidad de una manera bastante abierta, a veces sufriendo la censura y los intentos de represión de mi entorno. El sexo estaba siempre muy presente y mis ganas de experimentar fueron siempre urgentes. Desde adolescente me di cuenta que a mí me interesaba un poco más que al resto hablar de las cosas que me pasaban. Creo que aburrí a mucha gente e hice sentir muy mal a otra contando mis "hazañas sexuales" como, por ejemplo, solemos decir que lo hace un hombre. Yo siempre he tenido esa cosa impúdica y confesional, la he llevado ahí donde me he ido y borracha aún peor… La escritura ha servido de catalizador. Ha sido una manera de narrar mis historias sólo para el que quiera leerlas. Así cumplo mis necesidades básicas y no jodo a nadie que no quiera joder. Claramente mi libro no es un libro solo de confesiones sexuales, no es el blog de una adolescente que cuenta sus cosillas. Yo espero haber superado esa etapa. Ahora el sexo es una manera de conocer a la gente y por qué hace ciertas cosas, digamos que el periodismo me llevó a conocer historias reales de primera mano. Pero mi estilo lo he ido forjando gracias a la clase de temas que he tocado y a la gente que me encontrado en el camino es decir, uno no puede acercarse a las cosas más íntimas de la gente y quedarse tan tranquila y no dar nada a cambio. En la medida en que los otros me confían sus vidas y sus sexualidades yo también me siento en la responsabilidad de ventilar las mías. Y eso también engancha con mi sempiterna necesidad de exhibición y exposición pública Es decir, en mis crónicas está la necesidad de narrar, la pregunta por el cuerpo, por las experiencias y yo. Perdona que me extendiera



AG: No, tranquila. La sexualidad debería parecernos uno de los asuntos más naturales. Sin embargo, hablar de sexo para la mayoría de la personas, inclusive para aquellas que lo asumen con más libertad, siempre se practica en un espacio de intimidad. ¿Por qué hay tanta gente que se incomoda ante la posibilidad de tan solo una conversación sexual? O incluso cuando se llega a tener ¿por qué hay que bajar la voz o hablar en códigos?



GW: Hay mucha gente que se interesa por otras cosas, que prefiere hablar de películas o comics y eso no tiene nada de malo. De hecho me pasa que cuando estoy yo la gente empieza a hablar de sexo porque saben que eso me hace feliz, eso entre mis amigos y conocidos, pero sé que en todas partes no es así y lo triste supongo es que hay mucha gente que se calla porque han sido criados dentro de ciertas "formas". En Latinoamérica sobre todo el influjo de los puritanismos y los catolicismos todavía es muy fuerte, el machismo es todavía atroz y es increíble pero en ciertos ambientes todavía una mujer que habla de sexo es sinónimo de puta, fácil o quiere que me la folle. Creo que eso ha cambiado mucho entre los jóvenes sobre todo pero todavía hay mucha autocensura, incluso mucho más que censura.



AG: Ya que mencionas a los jóvenes. No sé si estás al tanto, pero en Puerto Rico el Departamento de Salud auspicia campañas que promueven la abstinencia sexual entre los jóvenes para prevenir los STDs. ¿Cómo crees que este tipo de campaña afecta la vida de los jóvenes?



GW: Creo que no los afecta en nada. Es letra muerta. La información sobre el sexo está en todas partes, Internet vomita sexo, el msn, las redes sociales, todo está plagado de sexo y un adolescente en lo único que piensa es en sexo y tendrá sexo aunque su madre, la iglesia y el departamento de salud le diga que no lo haga



AG: Dices que no los influencia. ¿Y por qué crees que hacen este tipo de campaña retrógrada?



GW: Si las campañas fueran más inteligentes, por ejemplo, deberían poner varias imágenes de una mujer, antes y después de tener un hijo, con todos los detalles sobre lo que significa tener un hijo, como en los avisos de no tomes drogas, te aseguro que los niños se pondrían condón de inmediato. Eso asusta más que el sida, con el sida te mueres pero con un hijo pequeño se acabó tu juventud. (perdona pero soy madre reciente)



AG: Mira te envió un archivo de la imagen que promueve la campaña.






GW: Hacen estas campañas por eso mismo, porque esperan absurdamente que la sociedad vaya para atrás en cuestiones de sexualidad, es la iglesia católica, qué más.


AG: Sí, definitivo el dogma. No me parece buena propaganda. ¿Qué te parece la imagen?



GW: Son peligrosos sí pero creo que subestiman mucho a la juventud. Increíble imagen e increíble que se relacione Sexo con muerte y no No protección con muerte. Totalmente manipulador.



AG: Bueno ya que tocamos el tema de los STDs. ¿Qué me cuentas sobre la protección sexual en el ambiente de los clubes de intercambio de parejas swingers?



GW: Pues que hay un control relativo en estos clubes y como siempre depende de ti. Hay máquinas expendedoras de preservativos al lado de las camas pero es verdad que la gente una vez que está enrollada pierde la conciencia y pueden hacer estupideces como tirar con desconocidos sin protección. Pero no es más peligroso que conocer a un chico en una fiesta y acostarte con él. Hasta en las orgías uno puede ser cuidadoso y en todo caso lo recomendable es no perder de vista el condón ni siquiera con gente que ya conoces o amigos



AG: ¿Sientes que tienes algún límite en tu trabajo?



GW: Sí, tengo muchos límites aunque parezca que estás ante una osada reportera. Lo que sí es verdad es que cada vez me interesa llegar más lejos, y en lo personal y también en la escritura, me gusta intentar cosas nuevas. Por ejemplo, hasta ahora pensaba que probar cosas químicas en plan conejillo de indias sería algo que nunca haría pero he estado pensando en probar y echarme testosterona en gel.



AG: ¿Cómo así?


GW: Como lo hizo la filósofa Beatriz Preciado. Dicen que provoca un estado de excitación casi viril. A lo mejor lo hago, a lo mejor no


AG: Bueno, luego nos cuentas sobre tu experiencia...


GW: En realidad, mis verdaderos retos, digamos que, a lo que quiero atreverme, es a explorar en mis intimidades, en mis asuntos internos, escabrosos, en mis complejos, fantasías oscuras, en mi historia familiar, en mi pasado, en mis miedos, en mis hombres. En ese camino estoy. Mi próximo libro que ya está terminado es sobre la experiencia límite de un embarazo imprevisto. Y creo que ya me meto de lleno en mí y en nadie más. El siguiente irá aún más lejos. Lo mío es la memoria, la confesión, siempre he escrito poemas confesionales y ahora escribo narrativa de los mismos temas.


AG: Entiendo. ¿Tu trabajo es pura narrativa o tienes alguna otra intención de cambio social?


GW: Ninguna, de cambio social ninguna. Si a alguien le sirve bien, si siente que después de leer el libro le dan ganas de hacer cosas, de abrirse, de ser más sexual también bien, si sólo disfrutó de la lectura como un pasatiempo tampoco me opongo. Es muy ingenuo ahora pensar que cualquier libro o escritor pueda cambiar a la sociedad y eso no tiene nada que ver con la buena literatura.


La mayor identificación entre autor y lector ocurre hoy entre Paulo Coelho y sus lectores, la gente siente que el hombre les cambia la vida con sus historias narcotizantes y de espiritualidad tan vacua. ¿Ha cambiado el mundo para mejor desde que los millones de lectores dijeron cambiar por leer el alquimista? No.

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